Viernes, 25 Septiembre 2020 13:24

CARTHAGO DELENDA EST PRONUNCIAMIENTO DEL MSICG SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL Y LA EXONERA A LOS PATRONOS DEL PAGO DEL BONO 14

Hoy día, las guatemaltecas y guatemaltecos nos encontramos en medio de una grave crisis provocada por el mal gobierno, la corrupción y el menosprecio de la vida y la dignidad de la población del Gobierno de Alejandro Giamamattei y la bancada oficialista de facto que actualmente está conformada por 106 diputados, de los cuales 89 fueron electos por el pueblo para hacer oposición al oficialismo; no obstante, burlándose del pueblo, han sometido al poder legislativo a la voluntad de Alejandro Giammattei cuyo papel no es el de Presidente de un país sino gerente, guardián y mascota del sector empresarial.

Debe apuntarse que en menos de seis de meses de arduo saqueo, amedrentamiento y bufonerías usadas como distractores, la administración de Alejando Giammattei y los 106 diputados traidores de la democracia y la Constitución, han causado más daño que el producido por administraciones como las de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti y la de Jimmy Morales y Jafeth Cabrera, administraciones a quienes se les imputan el saqueo durante los años en cantidades que palidecen ante la cantidad de recursos y préstamos de que ha mal dispuesto esta administración, empeñada en enriquecerse, enriquecer más a los más ricos y en someter a la población a la muerte y a la esclavitud, lo que bien puede abreviarse en la afirmación de la ausencia de opciones que resume en un cínico “o les da o se salvan”.

Y es que la falta de medidas adecuadas a tiempo con el fin de proteger al sector empresarial y sus intereses o no incomodar a sus representantes en el regreso de sus viajes, la ausencia de una intención verdadera de atender la pandemia del Covid-19 y el sometimiento de la población a un terrible desgaste económico para generar el pánico que hiciera pasar inadvertidos los graves errores de previsión y para justificar un endeudamiento sin precedentes bajo la excusa de la pandemia, la vida y el bienestar de la población pero en realidad para atender cualquier cosa menos la vida y la salud de las guatemaltecas y guatemaltecos.

Esta felonía, nos puso ante un virus propagado entre la población esencialmente por la codicia empresarial, al resguardo de hospitales de cartón, equipados con equipo imaginario y ante la carencia de medicamentos que hoy por hoy hacen que las personas busquen taxis porque los cuerpos de bomberos no los llevan a los hospitales, que los hospitales no los reciban porque están saturados, porque estos hospitales no tienen equipos ni medicamentos y nos han puesto a ver como los nuestros mueren en las calles o en los propios hospitales por falta de atención y tratamientos adecuados o bien mueren en casa sabiéndose desamparada porque el gobierno, en su afán de pánico, nos ha privado hasta de la posibilidad de una despedida y duelo digno.

Lo peor de todo es que la mayor parte de estos, contagios y muertes que pudieron evitarse, como se hizo en otros países con gobiernos responsables, y el que se hayan contagiado y hayan muerto es una responsabilidad directa que recae en primer término, en la codicia empresarial pero, esencialmente en el Presidente Alejandro Giammattei y en los 106 diputados del oficialismo de facto porque, más allá de cualquier debilidad, preferencia o convicción personal, sobre ellos recaía el deber de resguardar los intereses de la población y ejercer sus cargos para ello, no para enriquecerse o enriquecer a sus financistas.

La población guatemalteca, debe tener plena claridad respecto a que estamos en una crisis, pero en esta crisis, la única víctima ha sido el pueblo y los únicos victimarios Giammattei, sus 106 diputados del Congreso y el CACIF cuyos intereses han creado esta situación y, como ha sido siempre, el sufrimiento, la muerte y el costo de cualquier crisis, se nos cobra y se nos carga exclusivamente a los trabajadores.

La diferencia es que ahora, estamos ante un asalto final, uno en donde no nos quieren quitar algo, nos lo quieren quitar todo; la primer medida fue autorizar al sector empresarial para suspender contratos de trabajo y despedir trabajadores, acompañada por despidos masivos ejecutados por el Estado que pronto serán todavía más porque en su afán de favorecer los intereses del CACIF se han profundizado los privilegios tributarios y se ha dejado al Estado sin fuentes reales de financiamiento que permitan enfrentar su funcionamiento, el endeudamiento y la corrupción; la segunda es destinar recursos del Estado para compensar el sufrimiento del sector empresarial que, también es imaginario ya que, en una ausencia total de solidaridad trasladaron a los trabajadores mediante suspensiones, reducciones de salarios y despidos el costo del show presidencial; la tercera es la intención de aprobar la iniciativa 5477 sobre el trabajo a tiempo parcial con la que eliminarán en la práctica los derechos laborales reduciéndolos a garantías imaginarias.

La cuarta y más reciente medida en este sentido busca castigar todavía más a la poca población que la codicia empresarial mantiene con empleo formal y se opera mediante una disposición ilegal del Ministro de Trabajo y Previsión Social como el Acuerdo Ministerial 250-2020 con el que se exonera a los patronos del pago a los trabajadores del Bono 14.

Más allá de los aspectos legales que pueden tomarse, Guatemala, el pueblo, la mujer y el hombre, que ahora no solo se preocupa por qué comer sino también por no enfermar, quienes no podemos siquiera saber si estamos contagiados o no porque el gobierno privatizó las pruebas del Covid-19 para convertirla en otro negocio aun y cuando el deber de detectar, prevenir y enfrentar la pandemia es del Estado, debemos preocuparnos por el futuro ya que no se trata de si nos da o nos salvamos sino de si la alternativa a la muerte son las condiciones de esclavitud en que se convierte el trabajo cuando se le reducen o se eliminan los derechos de los trabajadores y a las que nos quieren reducir el CACIF, Giammattei y sus 106 depurables en el Congreso.

La alternativa de Guatemala y de su pueblo, es morir en la crisis o salir de ella y para esto, existen tres condiciones que se necesitan indefectiblemente para iniciar el camino de salida: La primera es la renuncia de Giammattei; la segunda es la renuncia de sus 106 depurables y la tercera es un futuro sin CACIF. Tres cosas que como pueblo debemos exigir en cada espacio, en cada ocasión y en cada lugar, como el CARTHAGO DELENDA EST de Marcus Porcius Cato en la antigua Roma.

Guatemala, 10 de julio de 2020.

¡¡¡UNA SOLA VOZ, UNA SOLA FUERZA!!!

MOVIMIENTO SINDICAL, INDÍGENA Y CAMPESINO GUATEMALTECO MSICG